El rincón de la lectura

Jueves, 13 de Noviembre de 2014 


Jeremy: Hoy toca leer chicos, he encontrado esta lectura que nos va a ayudar mucho para este tema además de ser muy constructiva para nosotros y nuestro día a día. Me gustaría que la leyéseis y finalmente en los comentarios aportárais vuestra opinión, que ha sido lo más interesante, que te ha llamado la atención...
LA MADRE TIERRA
La tierra es el primer elemento, y eso la hace muy importante. Los griegos y los romanos pusieron nombre a nuestro planeta en su honor, y en la Edad Media se la consideraba el elemento central de los cuatro –los otros tres son agua, aire y fuego–. No es extraño que muchas culturas la adoraran como madre primigenia y fuente de toda vida. Cada cultura le atribuyó un nombre propio: era Gaia para los griegos, Ishtar en Babilonia y Pithivi para los hindúes. Pueblos de todo el mundo, desde América hasta Japón, desde Escandinavia hasta Nueva Zelanda, creían que la tierra era nuestra madre, y el cielo nuestro padre. Sin embargo, los egipcios tenían un dios de la tierra, Geb, y una diosa del cielo, Nut.
Tanto las mujeres que iban a dar a luz como las que querían tener hijos se acercaban a la tierra para hermanarse con su fertilidad. Hasta hace poco, en una región italiana se acostaba a los recién nacidos sobre la tierra en cuanto habían sido bañados y vestidos. Era una forma de mostrar que todos los seres vivos provienen de la tierra.
Todo lo que comemos viene directamente de la tierra o de animales que se alimentan de sus frutos. Incluso las aves del cielo y los peces del mar necesitan alimentos provenientes de la tierra. Y, sin embargo, poco a poco nos hemos ido olvidando de que la tierra es la madre de todos nosotros.
Mary Hoffman, “La madre tierra” en Canción de la Tierra. México, SEP-Art Blume, 2003.


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